El rol de María
En el misterio de la Encarnación, san Luis María ve también el puesto
de María. Aunque Él era libre para escoger el medio que quisiese para
realizar su designio de salvación, “este gran Señor, siempre independiente
y suficiente a sí mismo, no tiene ni ha tenido absoluta necesidad de la
Santísima Virgen para realizar su voluntad y manifestar su gloria.” VD 14.
Dios juzgó bueno servirse del consentimiento libre de María y de su
docilidad al Espíritu para que se realice la Encarnación y, por ella, la salvación
de la humanidad. “Habiendo querido Dios comenzar y culminar
sus mayores obras por medio de la Santísima Virgen.” VD 15. Cuando ella
da su libre consentimiento, representa por decirlo así, a la humanidad
de todos los siglos, que por Ella da su consentimiento. Ella se convierte
así en el “tipo” o figura de la Iglesia, asamblea de todos los humanos
que entran en el misterio de salvación-liberación. San Luis María desarrollará
este tema mucho más ampliamente cuando dirá cómo esta
salvación debe realizarse para toda la humanidad.
Este movimiento descendente del amor de Dios manifestado en la Encarnación de la Sabiduría eterna y encarnada por la salvación de la humanidad, gracias a la cooperación de la Virgen María, y que culmina con el triunfo de la Cruz de Cristo, es para nosotros una invitación de Dios a aceptar y acoger su designio de amor. Pero es necesario que demos una respuesta libre.
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